Alguna vez declaró: “Si Edward fuera un personaje no ficticio y lo conocieras en la realidad, sería un asesino con hacha”, y es que sí, sin duda su relación tóxica y su carácter no es algo para presumir.  “Siempre me sentí muy asqueada por eso. Tenía como 18 años. Era simplemente asqueroso”, le dijo a Marie Claire. Una vez dijo a GQ: “Sentí que, de repente, yo era un póster. Como si fuera una valla publicitaria. Se sentía como si estuviera a la venta… Como de, no estaba seguro de si era genuino”. “Participé en los programas en los que estuve desde los 13 hasta los 21, y a los 15 ya me daba vergüenza”, declaró en el libro en el que habla de todo lo que vivió al lado de su mamá.  “Voy a ser honesto, odio esa película. Me presionaron para que la hiciera. El guión no era bueno. Y no quería hacer algo de lo que era fan desde que era un niño y veía cada mañana mientras crecía, y no quería hacer algo que fuera, uno, malo, y dos, simplemente no sabía si quería ser GI Joe”, dijo. Declaró en el festival Vulture:  “Lo entiendo, de hecho, lo entiendo. Diré que también comprendo la cantidad de dinero que hizo. Siento que eso se olvida en la discusión”. Aunque le guarda cariño a su personaje, no soportó la idea de hacer ocho temporadas a uno de los doctores más famosos de la televisión, perder su privacidad y la de su familia, que todo el tiempo le pidieran fotos y que su cuerpo sufriera por la cojera de House.