“Al principio me inspiré mucho en las chicas de Drag Race, en Alaska que me gusta mucho, y también en Kim Chi, pensé que iba a ser una chica muy conceptual, pero ya que encontré mi identidad, me di cuenta que iba más hacia los 2000, esas chicas fuertes de chick flicks, amantes del rosa, ahí encontré mi por qué, mi arte”. “Creo mi proceso es pura experiencia, cuando me estoy maquillando lo tomo como un momento de meditación, empiezo a cuestionarme por qué me maquillo como me maquillo, ahí entiendo más mi voz. A veces la gente que cree que te maquillas solo para verte bien y sí, pero también es qué es lo que quieres lograr viéndote como te ves, creo que ha sido un proceso en el que el factor más importante ha sido el tiempo y también un entender que siempre te vas resolviendo más, es un proceso”. Tu maquillaje es parte de tu viaje en el mundo drag. Al principio no será perfecto o no te saldrá como deseas, pero es algo que construirás poco a poco.
“A mí el drag me salvó la vida, cuando terminé de draguearme por primera vez, dije que no lo volvería a hacer. Me puse a llorar. Luego acepté mi identidad de género, yo soy una persona no binaria, eso es algo que descubrí gracias a que comencé a draguearme. Yo era un hombre cis, gay, pero cisgénero. La segunda vez que me maquillé comencé a entender el equilibrio en el género, en la identidad, ya sé quién soy, draguearme cambió mi vida y las expectativas que tenía conmigo”. “Tenía como 20 años cuando comencé draguearme, sí estaba chiquita, pero ahora que lo pienso sí me hubiera gustado hacerlo antes. Veo a la gente que está más chiquita entendiéndose y está bien padre, siento que a los 25 años y apenas estar entendiendo quién eres, es algo que no le pasa a los heterosexuales, entonces, me hubiera gustado empezar antes, pero eso fue parte de mi proceso”. “Lo padre del drag es que es tuyo, o sea, a mí algo que no me gusta cuando soy juez y me toca criticar, es hacer la crítica del maquillaje, porque ese es su proceso, no sabes cómo se quiere ver, la persona, creer que el drag es uno solo es un error, hay variantes, el mío, por ejemplo, busca resaltar esa hiperfeminidad por la que siempre se me acosó, busco verme preciosa, como una muñeca, pero hay gente que no. Hay mil formas de hacer las cosas pero hay una que te funciona a ti”. “Al principio fue fuerte, mi mamá me vio una vez así, estaba grabando y mi mamá se quedó fría. Después fueron a verme a un musical que hace la más draga y cuando me vio entendió todo, me escribió ’eres una artista’, ahí cambió todo, ahora están muy orgullosos de mí”.